El presente es un tiempo extraordinario que desafía nuestra imaginación y creatividad, nuestra actitud y disposición hacia el cambio y la innovación en la educación y formación del comunicador social con la esperanza de que a través de ellos podamos finalmente contribuir en el fortalecimiento de la sociedad civil, para garantizar la vida en democracia y justicia, para acelerar el desarrollo humano y sostenible, especialmente en las regiones más pobres que en este escenario cada vez más globalizado e intercomunicado se constituyen en pequeñas islas geográficas y sociales. Alcanzar este objetivo no es tarea fácil, de ahí la necesidad de actualizar permanentemente el Plan Curricular de la Carrera. Es urgente formar a los estudiantes en valores humanos, éticos y sociales.
No se trata de lograr, únicamente, que los estudiantes posean las habilidades necesarias para operar las distintas herramientas de comunicación, incluidas las TICs y el Internet; sino de forjar mentes críticas y creativas con sano espíritu de progreso capaces de poder trabajar desde los medios de comunicación en la educación de la población. En otras palabras, se trata de que estén en la capacidad de poder revertir, desde su profesión, realidades desfavorables para garantizar la vida en democracia y el desarrollo humano y social de la población.
Expertos en desarrollo humano afirman que éste es algo más que el simple crecimiento económico, entraña la realización del potencial humano en todas sus dimensiones, el refuerzo de la democracia con justicia social y la promoción de la prosperidad económica en condiciones de equidad social; y requiere, por definición, de un contexto democrático con mecanismos de participación y representación ciudadana. Las personas deben poder gozar de todas las libertades políticas y derechos humanos para poder ejercer su derecho al desarrollo.
En este sentido, los informadores y comunicadores que se forman en las Facultades de Comunicación Social, deben estar conscientes de su papel en la tarea de educación y ser capaces de asumirla con total responsabilidad. Si bien son funciones básicas del periodismo informar con objetividad, orientar y entretener; en sociedades pobres como la nuestra la educación debe ser una de las funciones principales de la prensa, seguida de la función de control social y fiscalización.
No hay duda de que entran en juego todos los tipos de educación: formal (estudiantes de comunicación, capacitación directa a campesinos) informal y no formal (de la población a través de los medios de comunicación). Sin embargo todas estas formas de educación deben reorientarse a fin de que presenten la debida atención a la posibilidad de ayudar a formar mentes críticas y creativas. Como afirma Menou, una ciudad o comunidad inteligente no emergerá nunca del entramado de una localidad poblada por personas sin sentido común, sin educación, sin talento, sin iniciativa y oprimidas.
Nuestra Experiencia
La Universidad Nacional de Ancash, Santiago Antúnez de Mayolo (UNASAM), se encuentra ubicada en la zona andina del Departamento de Ancash, en Perú, región en la que la población en promedio tiene mensualmente un ingreso familiar per cápita de 266.11 Nuevos Soles, aproximadamente 76 dólares americanos. Lógicamente que la pobreza y las difíciles condiciones de vida en esta zona, donde la participación de las mujeres en la vida política de la comunidad es mínima, han repercutido enormemente en la calidad de sus relaciones con el estado y las estructuras políticas.
El principal problema, es la desconfianza de la población en las autoridades públicas, policiales y sobre todo a las autoridades gubernamentales a quienes califican de corruptas e incapaces. En este contexto de apatía social, carencia de recursos y falta de visión, los fantasmas de la corrupción y el desempleo suelen acosar sin tregua las esperanzas de nuestros estudiantes universitarios. En ese “des-creer” los docentes tratamos de renovar el mismo esfuerzo cada día: el de proveerles de herramientas, saberes, capacidades, conocimientos, convencidos de poder echar por tierra tanta desconfianza y tanto escepticismo, recalcando la necesidad de crecer en una sociedad con valores.
La Facultad de Educación y Ciencias de la Comunicación de la UNASAM, busca a través de la formación humana, científica y académica de los futuros comunicadores sociales destacar la necesidad de crear una cultura democrática como base para todo desarrollo, incluyendo en los talleres de Prensa y Prácticas Pre Profesionales, la identificación de los problemas y las alternativas de solución que se analizan y discuten con los docentes, para luego recomendarlas y aplicarlas en los medios de comunicación donde los estudiantes practican.
Otra de las estrategias de la Facultad ha sido la adquisición de una emisora radial, con la ayuda de la Universidad y CARE-Perú, cuya programación estará orientada al desarrollo humano y sostenible. Se espera que en abril del 2004 estén saliendo los primeros programas especializados.
Otra de las herramientas a utilizar son las TICs, como lo demuestran algunas experiencias en Centroamérica, África y Asia, las comunidades pobres están empezando ya a utilizar tecnologías digitales para crear soluciones sostenibles para los problemas con que se enfrentan.
En Huaraz, Internet llegó recién en 1997, para una agencia de turismo. Esta actividad se realizaba mediante un programa de red connotada de Telefónica del Perú (Infovía) conectada a la Red Científica Peruana. Cosapi Data, otra empresa de servicios de ingeniería facilitó la venta del servicio a costos relativamente aceptables, naciendo así la primera cabina de Internet “Avance” en 1999. En la actualidad existen cerca de 20 cabinas de Internet que dan servicio a precios populares entre 2 y 3 nuevos soles la hora. Sin embargo, pese a estar popularizado, este medio no es aprovechado de manera adecuada en el desarrollo de la población.
Especialistas en desarrollo, gobernantes y académicos ven en las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) una herramienta fundamental para el proceso de descentralización y desarrollo, desde los espacios locales. Sin embargo, en la Universidad, somos conscientes de que la transferencia de tecnología, que aún es muy pobre y sin estrategias claras en la zona, no necesariamente devendrá en el fortalecimiento de la sociedad civil, tampoco garantizará la transferencia de poder y capacidad de decisión a las comunidades campesinas si los ciudadanos no son formados en criterios y valores para seleccionar la información adecuada y procesarla.
Las TICs, como instrumentos, pueden aumentar o disminuir las desigualdades, tanto en lo social, político y económico. Pueden fortalecer movimientos antidemocráticos y de corrupción y sectarios y fácilmente pueden dar resultados contrarios a la democracia y el desarrollo humano.
Si bien se espera que el acceso a la nueva tecnología facilite una transparencia de datos y de voz a los campesinos, las comunidades pobres necesitan también que haya sencillamente justicia. Esa justicia tiene que incluir la protección contra las acciones peligrosas o ilegales de intereses privados o de gobiernos corrompidos, en los que las normas son débiles o no se ponen en práctica.
Como afirma Menou, las TICs pueden ayudar porque a los hombres y mujeres de todas partes les resulta más fácil aprender con la experiencia de los demás, compartir ideas, establecer solidaridades y embarcarse en empresas conjuntas. Esa es la forma en que la cultura se ha desarrollado a través de los tiempos, pero en la actualidad el proceso puede ser mucho más rápido y mucho más amplio.
Para que Internet contribuya al desarrollo social no basta con que haya conectividad. También se requieren cambios de la política pública, una evaluación mejor, la utilización común de informaciones y la generación de conocimientos, acceso y utilización más equitativos por los diferentes grupos sociales.
En este marco el desarrollo humano incluye la consecución de compromisos y equilibrios complejos entre objetivos de ámbito social, político y económico en los que la universidad juega un rol preponderante en la formación y capacitación del recurso humano para el uso adecuado de las tecnologías de la información y las comunicaciones para la consecución de un conjunto interrelacionado de actividades en favor del desarrollo humano.
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