"Mi unicornio azul ayer se me perdió, pastando lo deje y desapareció..
cualquier información la pagaré, se me ha perdido...se fue"
Sumiso, desgastado, perdido en la vorágine de una revolución ya sin rumbo, el Unicornio Azul de Silvio Rodríguez jamás imaginó traspasado el siglo XX, su vigencia metafórica para ilustra un complejo proceso de perdida de identidad. No solo Leo Masliah pregunta "por que te fuiste" , las "Ciencias de la Comunicación", tararean con cierta nostalgia el fin de una ilusión similar a la del cantautor cubano: el sueño de un objeto propio.
El siguiente ensayo intenta redefinir el objeto de estudio comunicacional desde una perspectiva metodológica. Ya no importa tanto como se le va llamar a la disciplina o Ciencia que lo estudie, sino concretamente cómo se lo va a indagar.
Se cuentan por miles los jóvenes y adolescentes que recorren las facultades de Ciencias de la Comunicación por Uruguay y América Latina, probablemente ávidos por lograr comunicarse con la sociedad. En tanto moda, no incomoda, sin embargo la propia búsqueda del objeto de estudio se ha transformado en parte del mismo, y parece necesaria una puesta a punto que definitivamente de respuesta a tal difusa vocación: ¿Qué es entonces estudiar Comunicación?
El objeto perdido
Para pensar en estudiar, trabajar o investigar en el campo de la Comunicación es necesario realizar algunos ajustes conceptuales clave, tal que nos permitan re/definir nuestro objeto de estudio. Esto implica generar un consenso , al menos para este ensayo, en torno a qué se entiende por “comunicación” .
En América Latina hay una tradición en cuanto a designar a las facultades en cuyas curriculas de asignaturas se encara diversamente la temática de la Comunicación, como facultades o licenciaturas de "Ciencias de la Comunicación" .
Un ligero listado acerca de las posibles interpretaciones que dicha nomenclatura genera, probablemente nos ubique en que las mismas a veces refieren a la idea de aprendizajes de comunicación interpersonal , otras a técnicas de aprendizaje en locución, fotografía, producción publicitaria, en otros casos a un objeto de estudio más de las Ciencias Sociales como podría ser la marginalidad social (1) , la inflación, el suicidio, etc y en otras probablemente refieran a la idea emancipadora de construir una nueva Ciencia Social tan "autónoma" como la Economía, la Antropología o la Sociología.
Esta diversidad daría coherencia a la idea de que se trata de un conjunto de "Ciencias" y aprendizajes, que de modo más directo o tangencial tratan una parte o el todo de un esquema comunicacional básico, donde el mensaje parte de un emisor, atraviesa un canal y llega a un receptor.
Sin embargo dicha heterogeneidad es la clave - más que para el desarrollo de una posible disciplina, independiente de las ya conocidas dentro de la Ciencias Sociales - para generar una inconsistencia en las propuestas de las distintas facultades, donde si este fuera el camino la "nueva Ciencia Social" bien podría denominarse "Todología".
No habrá entonces posibilidad de delimitar la investigación en Comunicación hasta que no se defina un objeto de estudio, sino específico, que al menos se distinga en sus definiciones clave (epistemológicas) del resto de las instituidas y legitimadas por la comunidad científica como Ciencias Sociales.
Dichas ciencias se encuentran a su vez , insertas en una Historia del conocimiento científico que reconoce a las ciencias según sus objetos de estudio en: formales (por ejemplo la lógica o la matemática), y en fácticas, aquellas que estudian hechos ( que pueden ser hechos naturales, y entonces tenemos la biología, la física, la química, o hechos sociales, y entonces tenemos las Ciencias Sociales).
Es necesario entonces una puesta a punto , debemos delinear un “Estado General de la Comunicación” (2) , esto es, definir si se trata de una ciencia, de varias ciencias, o si por el contrario se trata de una técnica. Los mismos estudiantes, cuando se enfrentan al problema de precisar una definición vocacional en comunicación, confunden técnica con ciencia. Entonces están los que quieren ser expertos en técnicas de comunicación fotográfica, publicitaria, radial, televisiva, y por otro lado los que pretenden acercarse a los procesos de comunicación como objeto de indagación.
El "Estado General de la Comunicación" presenta como problema la existencia de un Pluralismo Teórico en detrimento de la aceptación compartida de un paradigma universal de la Comunicación.
La Economía, por ejemplo, como ciencia social, no tiene ninguna duda acerca de que la inflación en los tiempos que corren es un componente clave de su objeto de estudio. Hay un consenso manifiesto con respecto a esto, independientemente de la teoría que maneje el economista, sea ésta desarrollista, teoría de la dependencia, corrientes neoliberales o teoría social de mercado al estilo de las economías nórdicas de Europa. En lo que difieren no es en el objeto de estudio sino es en la perspectiva teórica.
Es decir lo que existe actualmente son varios cuerpos teóricos (en su inmensa mayoría no autóctonos sino cuerpos teóricos que migran desde otras disciplinas hacia la comunicación, con sus determinismos a cuestas), pero no existe un paradigma, un consenso universal con relación a cuál debe ser el objeto de estudio; qué y cómo debe observarse (si es necesario observar algo), si es necesario medir algo, y entonces cómo medirlo.
Estos últimos son requisitos básicos con los cuales ha tenido que cumplir cualquier disciplina que en el pasado haya querido incorporar el status de Ciencia, y en tal sentido interpela a las denominadas "Ciencias de la Comunicación". Por cierto no invertiríamos tiempo en estas precisiones si la mayoría de la Facultades de habla hispana se llamaran "Facultad de Técnicas de la Comunicación " o algo similar.
Debido entonces a que la comunicación no tiene bien definido su objeto de estudio, es un área muy visitada por otras ciencias que tienen otra acumulación previa, y simplemente se dice que el fenómeno comunicacional, por ejemplo, depende de las estructuras sociológicas, o de las situaciones económicas, o de las estructuras textuales, o Mc Luhan mediante, la comunicación depende de la tecnología que ya trae intrínsecamente definidos los comportamientos sociales.
En los últimos treinta años, tanto desde la perspectiva culturológica de Pierre Bourdieu, como desde los estudios culturales británicos, así como de estudios del campo de la cultura en América Latina, se ha intentado cierta redefinición de la nomenclatura del campo de estudio, denominándolo el campo de la Comunicación y la Cultura.
Este intento de redefinición del objeto de estudio , inicialmente fermental y marcadamente auspicioso durante la década de los noventa, cayó finalmente en el laberinto disciplinar anteriormente referido, funcionando más como una "visa de migración teórica" para antropólogos, sociólogos, economistas y literatos, que como una redefinición transdisciplinar que, atravesando las distintas Ciencias Sociales, diera luz a una "nueva ciencia social".
Sin embargo debe reconocerse a dicha corriente que, sin haber logrado parir "la nueva ciencia social", si ha logrado enriquecer e integrar sobremanera el objeto de estudio de las Ciencias Sociales preexistentes, al desentrañar los complejos y retroalimentados procesos de la comunicación y la construcción de cultura.
En un sentido estrictamente metodológico vale precisar como aporte, la observación de que el sujeto nace en una cultura dada, y a su vez es esa cultura la que está comunicando signos y comportamientos al sujeto, que a su vez la sigue comunicando.
Toda cultura se vale de sus instituciones y agentes de socialización (la familia, la escuela, el espacio público, la religión) para comunicar signos, comportamientos, pautas y hábitos.
Esta relación aparentemente natural y obvia entre cultura y comunicación, ha permitido también escindir (llevar a un segundo plano) el fenómeno de la multiplicación y extensión de los medios de comunicación en la sociedad.
Las culturas como transmisoras de signos y mensajes preexisten a los medios de comunicación que tiempo después se insertan como multiplicadores de culturas, y en nuestros días se extienden como un agente de socialización de alta jerarquía.
De modo que ésta eventual "nueva ciencia" (Comunicación/Comunicologia) pudo haber nacido con el hombre mismo, y no tener que esperar a los primeros estudios sistemáticos en comunicación sobre el impacto de la radio y la televisión en los consumidores realizados por algunos sociólogos norteamericanos en la década de 1940. (3)
¿Es una Ciencia Social o una Técnica ?
Pues bien, así paridas las denominadas "Ciencias de la Comunicación" (claramente absorbidas por la omnipresencia de los medios), tornaron confusa la separación del homo/científico que observa, evalúa y mide fenómenos de comunicación que involucran medios, del homo/técnico que utiliza medios para ampliar fenómenos de comunicación.
Aparece así y se arrastra hasta nuestro días la incapacidad de distinguir claramente la comunicación/disciplina (sin status de ciencia aún) de la comunicación/técnica.
La distinción entre ciencia y técnica podemos explicarla como quien distingue profesionalmente al Arquitecto del Constructor, al Sociólogo del Asistente Social (ésta idea merecería ampliación), y así quizás al Experto en Comunicación (en algunos sitios llamado Comunicólogo) con el Técnico en Comunicación (popularmente reconocido como Comunicador social).
Trabajan con "cosas y objetos" sustancialmente distintos. La técnica es un saber hacer, saber construir, saber expresar; mientras que el Técnico en Comunicación es un experto en lenguajes y en herramientas que transmiten lenguajes (fotografía, locución, periodismo escrito, publicidad), el llamado Comunicólogo, debe investigar los procesos comunicacionales en su integridad, quiere decir no únicamente en el gobierno de una herramienta que "dispara" menajes o signos, sino considerando las condiciones de producción de los mensajes, su impacto en determinadas poblaciones o públicos expuestos a medios, que a su vez están insertos en realidades sociales, sociodemográficas, económicas, afectivas.
Por allí parece delinearse una función posible de este nuevo cientista social llamado "comunicólogo".
El problema se replantea cuando aterriza a la misma problemática de estudio, también un antropólogo o un sociólogo, el cual sin apartarse de sus premisas epistemológicas básicas que lo definen como un estudioso/observador de los hechos sociales, considera a dicho procesos comunicacionales como un hecho social más, como los que nombrábamos anteriormente (la inflación, la marginalidad, el voto, el consumo cultural, la educación, etc).
Si bien esto abre un nuevo problema en cuanto a las fronteras precisas o imprecisas entre las diferentes Ciencias Sociales, logra sí distinguir con precisión la práctica del técnico de la práctica del científico; en ésta última dirección debe orientarse por cierto un investigador en Comunicación, más allá del título que ambicione obtener, o de la profesión que finalmente desarrolle.
¿ Qué es investigar en Comunicación ?
La invisibilidad del objeto de estudio en la investigación comunicacional, es un problema que remite al conjunto de las Ciencias Sociales, agravado en tanto no exista una premisa o axioma claro acerca de su objeto de estudio específico.
¿Cómo podría tornarse visible el objeto de estudio de las Ciencias Sociales para tenerlo delante, como el mecánico tiene un auto o el médico tiene a su paciente ?
Las Ciencias Sociales se nutren permanentemente de metáforas de la vida visible, fáctica, “real” para poder ilustrar icónicamente, por similitud, lo que ocurre con su objeto de estudio.
Están condicionadas epistemológicamente por ciencias pretéritas, concretamente las llamadas Ciencias Exactas, que son las que definieron el status que debe tener un conocimiento para convertirse en científico, por ejemplo la física.
No por casualidad Augusto Comte, llamado por algunos "el padre de la Sociología" denomina a la misma “la física social” e intenta emparentar las leyes de la dinámica y la estática en la física, con las de los hechos sociales; concibe entonces los sistemas sociales metafóricamente como si fueran un sistema físico/mecánico.
Veinte años después, Herbert Spencer mejora la metáfora y dice: los sistemas sociales se parecen al organismo humano (metáfora organicista). Es sobre esta concepción que se sustenta el pensamiento de toda la modernidad, donde la cabeza es identificada como el poder político desde el cual se articulan el conjunto de funciones y sub-sistemas, o desde otro punto de vista (sin alterar la metáfora) se teje la estructura de la sociedad.
Liberales, marxistas y la propia Iglesia Católica (entre otros pensamientos de la modernidad) convergen y comparten dicha metáfora organicista , y con ese Modelo teórico luchan por la conquista del cerebro y la reproducción genética del hombre "libre", "nuevo" o "bueno" respectivamente
La discusión acerca de cuál es la metáfora correcta para tornar visible los abstractos sistemas sociales es por cierto mucho más larga (4) , pero en términos operativos podemos distinguir al mecánico frente a su objeto de estudio en relación directa (un auto, una cisterna, un sistema sanitario), del médico, quien tiene por delante al sistema pero no puede observarlo y repararlo directamente como el mecánico repara el eje delantero de un automóvil. No observa la infección sino que lee indicadores de ésta, precisamente por la relación contigua o indexal que se presenta entre la infección y la fiebre. Esto a su vez mediado por un instrumento de medición que es el termómetro.
Es decir el Modelo de Spencer tiene grandes ventajas frente al de Comte, porque por similitud organizativa permite reconstruir la lógica (en principio abstracta) de los sistemas sociales por medio de la lectura de indicadores.
No ve directamente el alto nivel educativo de una población, la alta tasa de desocupación y a miles de jóvenes de emigrando, precisamente construye estos termómetros (tasas , índices, variables) para reconstruir el hecho social de la migración.
Si principio tienen las cosas , este es un gran aporte para la metodología en general de investigación en Ciencias Sociales, y sobre esa perspectiva epistemológica deberían acumular nuevos conocimientos las investigaciones en Comunicación, sin que aún esté claro para la comunidad de los cientistas sociales cuál debería ser la nueva metáfora capaz de dar cuenta de cómo son y cómo se organizan los sistemas sociales construidos por la comunicación.
El instrumento de lectura de indicadores es el que debe tomar el comunicólogo cuando pretende leer el impacto de los mensajes en "la mente" de los individuos, cuestión que es imposible de leer si no es a través de comportamientos concretos que indican "la réplica total o parcial de un mensaje". Es el caso del docente que en el aula observa el silencio y la aparente situación de escucha del alumno, pero no contento aplica un parcial o examen a modo de termómetro, de modo tal de medir el impacto de sus mensajes escritos o hablados en el invisible intelecto del alumno.
Este breve ejemplo operativo (pasando ahora a un nivel de análisis teórico acerca de cómo funciona la comunicación) no debería descartar que a partir de los signos emitidos se construyan nuevas significaciones o sentidos (5) por parte de los receptores.
Es más, si la discusión es teórica y no metodológica, deberíamos desarrollar modelos teóricos que nos permitan estudiar la comunicación en movimiento, como un procesos de semiosis constante, y no caer en la tentación perezosa - ciertamente mecanicista - de creer que la comunicación es una cadena fija y dura donde las resignificaciones no esperadas por el emisor, son producto de "decodificaciones aberrantes" o de sistemas comunicacionales cargados de ruido.
A modo de síntesis podemos decir que para investigar en Comunicación la primer dimensión problemática a resolver es la referida al objeto de estudio de la/s ciencia/s de la Comunicación.
Un segundo nivel de problemas aparece cuando se confunde a la/s ciencia/s de la Comunicación con la "ciencia de los medios de comunicación", limitadas al estudio del efecto o impacto de los medios en la gente, en la audiencia, en los consumidores, en los receptores.
El efecto de los medios como "caja negra" (oscura, misteriosa, secreta) de la investigación en Comunicación, es precisamente eso, por falta de una acumulación de conocimiento sobre la base de un objeto de estudio preciso, y no por el sueño de la religión del Marketing o la savia creadora de los creativos publicitarios que entrado el tercer milenio aún mantienen algunos ignotos fieles que prefieren creer que andar averiguando.
Lo que proponemos entonces es generar un consenso con relación al objeto de estudio de la comunicación afirmando: la Ciencia de la Comunicación, la Comunicología o quizás la Sociología de la Comunicación tiene por objeto de estudio - al igual que el conjunto de las Ciencias Sociales - el comportamiento humano, pero con una distinción epistemológica estratégica estudian el comportamiento humano construido por el intercambio de signos (mediáticos y no mediáticos). En el signo (lavarse las manos al levantarse) reside la base del comportamiento social, al tiempo que este, una vez instituido, constituye a su vez un signo.
Si este breve axioma fuera útil para comenzar a resolver el referido "paradigma único", entonces la necesaria pluralidad teórica consistiría en generar modelos y metáforas capaces de dar cuenta de las relaciones sociales y mediáticas que se tejen en el intercambio de signos y comportamientos, en forma de aguja hipodérmica, focalizando en los usos y gratificaciones que los medios generan a las audiencias , observando el efecto de agenda setting, poniendo a prueba el modelo teórico del líder de opinión; apropiándose del modelo tecnológico de Mc Luhan, o desarrollando nuevas perspectivas desde la/s teoría/s de la recepción, por mencionar a algunos de los cuerpos teóricos que de modo específico han querido dar cuenta del objeto de estudio en los términos antes referidos, y no como una simple migración de conocimiento de las teorías sociales a las teorías de medios, como es el caso del funcionalismo, la teoría crítica, y el estructuralismo, entre otros.
Es el comportamiento social (en tanto frecuente, distinto del individual pasible de un estudio psicológico) incorporado por la interacción complementaria o conflictiva de los distintos agentes de socialización, el concepto o elemento observable que puede hacer las veces de indicador del sentido o significación más profunda (o del marco motivacional o actitudinal del sujeto ) al cual la vista no accede, y en tal caso el oído - en la escucha de una entrevista individual o grupal - intenta acceder interpretando las opiniones como un comportamiento más.
Los marcos de referencia (repertorios de signos) del sujeto, se generan a través de múltiples procesos de socialización (familia, escuelas, códigos urbanos, medios) que se expresan a través de los comportamientos, y que indican la internalización en el individuo de una forma de mirar, valorar y comprender el mundo. O más fácil aún citando la lucidez del Comunicólogo chileno Valerio Fuenzalida, "el individuo es un haz de relaciones socioculturales".
Primeras perspectivas metodológicas y técnicas.
Considerado el comportamiento social como un indicador de las estructuras motivacionales y actitudinales inicialmente imperceptibles, se prescriben las dos perspectivas técnicas (y no metodológicas) desde las cuales podemos investigar también en Comunicación: la cuantitativa y la cualitativa.
Podemos cuantificar por ejemplo los programas y el tiempo que los niños dedican a mirar televisión (comportamiento visible) y eso en sí mismo será un dato relevante.
Igualmente podemos preguntarnos de qué depende dicho comportamiento, y entonces podemos observar y medir el tiempo de exposición diario de los niños a los padres para ver como covarían estos factores.
Pero podríamos también deconstruir los signos de los programas de mayor audiencia infantil y encontrar allí que el relato de la orfandad es una tema recurrente. Sólo las técnicas cualitativas permiten rastrear los procesos de comprensión de dichos signos, de modo que podamos indagar el sentido, o quizás la gratificación que dichos programas generan en los más chicos.
.Esto por cierto, implica una perspectiva desde donde concebir la investigación en Comunicación que no es neutra o desinteresada, por el contrario, pretende ordenar un debate esquivo en la comunidad comunicológica en torno a cómo estudiar la influencia de la comunicación mediática en los comportamientos sociales.
De un modo más o menos expreso, los distintos cuerpos teóricos han operado con una ecuación comunicacional acerca de cómo resolver dicha relación. Así por ejemplo, en el Modelo hipodérmico de corte conductista es clara la relación formal de determinación ( X à Y) donde la percepción del mensaje determina el comportamiento de los espectadores. Dicha relación pretendió ser mejorada por quienes (esto en la comunicación publicitaria se torna evidente), sin modificar el modelo, hacen expresa la idea de que podemos esperar un comportamiento determinado por el mensaje mediático en tanto se recuerde el mensaje percibido.
En este debate apenas sugerido, ofrecemos una ecuación comunicacional básica que no solo intenta resolver paradigmática y formalmente el conjunto de las operaciones mentales que operan en la comunicación mediática, sino que anticipa posibles aplicaciones de ambas perspectivas de investigación, cuantitativa y cualitativa.
Ecuación Comunicacional Básica
+ Percepción (de un mensaje en un medio)
+ Comprensión (en algún sentido)
+ Recordación (por comprensión)
Comportamiento orientado por el mensaje
Son entonces los procesos de comprensión (por aceptación, negociación, oposición, o indiferencia frente al mensaje percibido) los que pueden cimentar el recuerdo, y no la operación mecánica de percibir y recordar, a diario refutada por la cantidad de cosas que percibimos pero no recordamos.
Igualmente dichos actos de comprensión (interpretación) están mediados por la inserción sociocultural del sujeto que desde allí imputa sentido a tal mensaje, enunciado o conjunto de signos.
La influencia del marco sociocultural es la que cautelosamente -sin descartar la influencia de los mensajes mediáticos- obliga a formalizar la relación medios/receptores en el marco y presencia de otros factores transmisores de signos extra mediáticos (familia, escuela, urbanidad, grupo de pares), de modo tal que la comunicación mediática orienta (metodológicamente participa del modelo de análisis) pero no necesariamente determina.
Notas.-
1. El problema ha de ser más complejo , por lo pronto a nadie se le ha ocurrido hasta el momento abrir una Licenciatura en "Ciencias de la marginalidad"
2. Incorpora y modifica algunos planteos de Aníbal Ford, en Navegaciones en el ensayo Los medios. Tráfico y accidentes trasdisciplinarios. Ed. Amorrortu, 1996.-
3 Los distintos trabajos de Harold Laswell , y principalmente los de Paul Lazarsfeld desde el Bureau of Applied Social Research durante la década del cuarenta, parecen marcar de modo consensual el inicio de las llamadas Ciencias de la Comunicación.
4 Solo para retomarla continúan siendo muy valiosos y fundantes los planteos de Walter Buckley en La Sociología y la teoría moderna de los sistemas. Ed. Amorrortu 1982.-
5. Tanto la Obra de George Simmel, de Erving Goffman como la de Charles Peirce facilitaran a cualquier estudiante el sentido de la palabra "sentido".
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