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LUCÍA Y EL SEXO

     

La nueva película del español Julio Medem -el director de "Los amantes del círculo polar"- sorprende gratamente tanto por la belleza de su puesta en escena como por la profundidad y humanidad de su historia.

No estamos acostumbrados a encontrarnos la palabra sexo en el título de una película, sea cual sea su procedencia, sin pensar prejuiciosamente que debe ser mala o casi pornográfica. Quien crea que "Lucía y el sexo" tiene cualquiera de esas características se equivoca, ya que no sólo es una película hermosa por su puesta en escena, sino también por lo profundo de la trama, que llega al alma.

Es verdad que la película tiene muchas escenas de sexo, algunas bastante atrevidas, pero ninguna es gratuita: Medem las usa para contextualizar y mostrar diversos estados de ánimo -alegría, felicidad, vergüenza, inseguridad- y reflejan el tipo de relaciones de los personajes.

Cuando Lucía (Paz Vega), una apasionada joven madrileña, recibe una llamada de la policía para darle malas noticias acerca de su novio Lorenzo (Tristán Ulloa), quien ha sido atropellado por un bus de turismo, parte sin pensarlo dos veces lejos de Madrid. Su destino es una misteriosa isla de la cual su novio siempre hablaba, pero a la que se negó a ir después de haber estado allí seis años antes de conocer a Lucía. Una vez que arriba, Lucía conoce a Elena (Najwa Nimri), la dueña de un bello hostal en el que decide quedarse, y Carlos (Daniel Freire), el único huésped de la casa, que resultarán ser claves en la resolución de la historia.

Este voluptuoso film está divido en dos partes: "Lucía" y "El sexo", por lo que no sigue un orden cronológico. Es así, a fragmentos, como vamos conociendo la historia de Lucía junto a Lorenzo y también hechos de a vida de este último antes y después de conocerla a ella. Entre esos hechos se encuentra el secreto de Lorenzo que cambia su relación con su novia y lo impulsa a irse de casa y terminar atropellado; ese mismo secreto es el motor de la película y, en el fondo, lo que crea todas las otras historias que se tejen alrededor de él.

El ojo de Javier Medem -director y guionista- es acertado: sabe encontrar los mejores encuadres y su utilización de la cámara acentúa la emocionalidad propia del film. Por su parte, el reparto es excelente y las actuaciones están depuradas de toda exageración. "Lucía y el sexo" es sentimiento puro, una historia de coincidencias y amor que envuelve y atrapa inevitablemente por lo humano y profundo de sus personajes. Realmente imperdible.


 

Escuela de Periodismo - Facutad de Comunicaciones
Pontificia Universidad Católica de Chile