Sociedad
La Muerte en Directo - 01/04/2003
LA MUERTE EN DIRECTO
Una vez más el canal 4 (canal de aire en Montevideo) somete a la tele audiencia a situaciones simbólicas de violencia sin igual.
Es sabido que dicho canal emite cuatro informativos por día, separados en diferentes horarios y conducidos por diferentes periodistas de “la casa”.
También sabemos que, como es usual en este medio de comunicación, cada noticia va acompañada de un testimonio visual o simplemente por imágenes recabadas de aquello que se transmite. Pareciera que este imperio de las imágenes, aparentemente legitimado por el público, puede transgredir cualquier norma del buen gusto, incluyendo vulnerar la sensibilidad del espectador.
El pasado jueves 6 de febrero en el horario del informativo de la noche, el presentador anuncia desde el piso una nota que se estaba cubriendo en vivo desde el barrio de la Unión. Segundos después, un reportero joven con aspecto inconmovible movía su boca lentamente, en un intento por describir aquel paisaje que yacía a sus espaldas.
Por detrás del reportero, una imagen poco encantadora, extremadamente escalofriante. Un cuerpo de un joven colgaba ahorcado de un ventilador en la sala de una casa. La luz de la habitación estaba encendida, por lo cual el efecto contraluz de la noche exterior, permitió un atroz contraste.
¿Qué nos aporta ser espectadores del “la muerte en directo”?: ¿violencia simbólica? ¿No es acaso la tarea de los periodistas informar verazmente a la audiencia sin perder de vista su aspecto humano? ¿Qué hay “detrás” del televisor sino personas?
Teóricamente, las imágenes televisivas suelen ser legitimadas como testimonio fiel de la realidad. Las personas que trabajan en los medios lo saben muy bien.
Pero a este episodio falta completarlo con el comentario de la voz en off del reportero: “Un joven travesti de 22 años ha sido hallado estrangulado completamente desnudo en el living de su casa.” Una vez más la pregunta caprichosa: ¿qué nos aporta a los espectadores la orientación sexual del joven? ¿Acaso nos están induciendo a pensar que esa información tan personal serviría para dilucidar el crimen?.
Por lo que me lleva a pensar que no solamente tendrá trabajo la división de homicidios en este caso, sino que cada espectador creerá tener las informaciones esenciales para saber de qué se trató este hecho.
Citando a Baudrillard en su libro “El otro por sí mismo”: “Lo real mismo parece un gran cuerpo inútil. Esta es nuestra única arquitectura actual. No una escena pública, un espacio público, sino gigantescos espacios de circulación, de ventilación, de conexión efímera.”
No sólo del espacio nos habla este autor tan oportuno de citar en este caso, sino también nos invita a reflexionar sobre lo que él denomina como el éxtasis de la comunicación.
“La obscenidad comienza cuando ya no hay espectáculo ni escena, ni teatro, ni ilusión, cuando todo se hace inmediatamente transparente y visible, cuando todo queda sometido a la cruda e inexorable luz de la información y la comunicación.”
Las conclusiones están en nosotros mismos. Nuestra meta no será convertirnos en pura pantalla de absorción y reabsorción de redes de influencia.
Mal le pese hoy al canal 4.
Patricia Pujol
Montevideo, Uruguay
Patricia Pujol
Último año de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Universidad de la República Oriental del Uruguay
|