Política-Economía
Bush le Arrima el Hombro a Osama - 05/05/2003
Bush le arrima el hombro a Osama
La guerra en Irak desestabilizaría a los gobiernos moderados en Medio Oriente y aumentaría el integrismo musulmán
Pedro Pablo Peñaloza
El presidente George W. Bush podría convertirse en el mejor aliado de Osama bin Laden. La guerra emprendida contra el régimen de Saddam Hussein exacerbaría el extremismo musulmán, ensanchando la brecha entre el Islam y Occidente, y afectaría la estabilidad de los gobiernos moderados de Medio Oriente, completando así la obra macabra iniciada el 11 de septiembre de 2001.
Antes del inicio de esta escalada bélica, compañías de inteligencia global advertían que la acción militar encabezada por Washington y Londres azuzaría a grupos de oposición radicados en la zona – compuestos por políticos, radicales islámicos y élites adineradas –para organizar revueltas y enfrentar abiertamente a las autoridades constituidas.
Partidos como el Frente de Acción Islámica, en Jordania, y la Hermandad Musulmana, en Egipto, rechazan violentamente la posición que esos países han asumido frente a EEUU en el conflicto; al tiempo que en Arabia Saudita los adversarios a la familia real utilizan los vínculos entre Riad y Washington como plataforma para impulsar sus acciones contra la Casa de Saud.
Los esfuerzos reformistas en Irán y Siria chocarían contra una mayor resistencia conservadora, como producto de la ofensiva, que también aumentarían las fricciones entre el gobierno de Yemen y las tribus locales más poderosas, que observan con recelo el incremento del número de soldados estadounidenses en esta nación.
Sistema quebrado
En declaraciones ofrecidas a un diario saudita, el secretario general de la Liga Arabe, Amro Musa, criticó a los regímenes que forman parte de este organismo y agregó que había llegado el momento de construir un nuevo orden de seguridad regional.
Las profundas divisiones que separan a los árabes han decretado la muerte del sistema de defensa de 1950 y parece improbable que Kuwait, Qatar o Arabia Saudita, que sirven de bases para las fuerzas aliadas, puedan firmar un acuerdo con aquellos que se oponen a la intervención armada.
Al mismo tiempo, las multitudinarias protestas callejeras en los países árabes se abrieron paso por la fuerza, a pesar de las limitaciones impuestas por los gobiernos, que son blancos de las críticas de la población por sus relaciones con EEUU y su pobre desempeño para impedir el ataque de la coalición.
“Esta guerra creará 100 nuevos Bin Laden”, dijo en una alocución el presidente egipcio Hosni Mubarak, quien espera “horribles consecuencias” del desenlace de la crisis en Irak; posición similar a la asumida por Teherán, que expresó su preocupación ante el avance del extremismo y el aumento de la hostilidad si la intensificación de las acciones militares degenera en un “baño de sangre para los civiles”.
Dura presión
“La presión sobre estos ‘gobiernos moderados’ es muy alta en la actualidad”, indicó a TalCual Nawaf Tell, experto en relaciones internacionales del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Jordania (CEEJ), quien avizora que “el resultado de la guerra determinará el futuro de las políticas de los regímenes árabes”.
A juicio de Tell, los líderes del Medio Oriente –con excepción de Kuwait– han preferido permanecer como “espectadores ante el conflicto, aunque tal vez lo aprueben en secreto; sin embargo, no desean aparecer como extraños ante su pueblo y por ello no impiden las manifestaciones públicas” de repudio contra EEUU y Gran Bretaña.
Por otra parte, considera que la conflagración estimulará el auge del fundamentalismo. “Eso también dependerá del final de todo esto, cuánto tiempo estarán en Irak las tropas norteamericanas y cómo quedarán los ciudadanos iraquíes”, concluye.
El politólogo Mudar Kassis, coordinador del programa de democracia y derechos humanos de la Universidad de Birzeit, Palestina, aseguró a TalCual que “esta guerra radicalizará a los grupos extremistas en el mundo”.
Kassis, quien desecha la versión del choque entre Este y Oeste para explicar la problemática que sacude a Irak, apunta que el integrismo se fortalecerá porque “esta destrucción no puede mostrarse como un gesto de salvación, y las intenciones que ha expuesto Washington no convencen a nadie”.
“La consecuencia será un planeta con menos armonía y sumergido en una escalada bélica que lo partirá en dos y lo arrojará a una posible segunda guerra fría”, concluye.
De igual forma, Ibrahim Saif, especialista de la Universidad de Jordania, agregó a este periódico que “la presencia de fuerzas anglosajonas en esta región es ilegal, todos se oponen a esto independientemente de su origen, y eso puede ser un factor de unidad en la lucha”.
Desestabilizar a los gobiernos moderados del Medio Oriente, dividir al mundo y agrupar a los radicales, superando las diferencias entre las facciones políticas y religiosas. El sueño que Bin Laden no pudo lograr con sus atroces atentados.
Recuadro:
“La madre de todos los males”
Aunque la atención del mundo se centra en Irak, a pocos metros de allí se encuentra el verdadero epicentro de la constante crisis que asfixia a Medio Oriente: el conflicto árabe-israelí.
“El caso palestino ha inspirado y guiado lo que tenemos hoy. Es el tema principal, aquello que motivó el extremismo nacionalista en el pasado y el religioso en el presente”, afirma el internacionalista Nawaf Tell.
Este especialista del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Jordania insistió a TalCual que “el asunto de Palestina es ‘la madre de todos los males’, sólo si se registran avances en este punto, después de la guerra, disminuirá la presión sobre los gobiernos árabes y se podrá detener al aumento de los grupos extremistas en la zona”.
Pedro Pablo Peñaloza Ochoa
Estudiante de 5º año de la Escuela Comunicación Social, Facultad de Humanidades y Educación, de la Universidad Católica Andrés Bello. Email: aydoli@cantv.net
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