Edición Abril 2003
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Uruguay

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Arte Visual
Retrospectiva del Emir - 25/09/2002


Gracias a la Cinemateca de Montevideo tuvimos el privilegio de visitar y conocer en retrospectiva la obra del cineasta bosnio Emir Kusturica; quien recibiera desde sus comienzos el espaldarazo tanto de la crítica como del público.

Fue premiado por su primer largometraje ¿ Te acuerdas de Dolly Bell? (1981) con el León de oro en el festival de Venecia. En adelante, continuarían los distintos festivales cinematográficos agasajándolo como uno de sus hijos predilectos: Palma de oro en Cannes por Underground (1994); y de Plata por Gato negro, gato blanco (1998) entre otros.

En varias de sus películas toma como tema central el "mundo" del pueblo gitano: reflejo costumbristas con toques de "realismo mágico". En otras muestra los conflictos que atravesó en su momento Yugoslavia, como posteriormente la guerra fraticida que dividió al país, y las huellas, que marcaron a la región de los Balcanes y su gente.
Su primera película ¿Te acuerdas de Dolly Bell?, nos lleva -con un dejo melancólico- al Sarajevo de los sesenta, con una óptica juvenil: la vida en los suburbios, la militancia en el partido y la disyuntiva social entre socialismo y materialismo, y el recuerdo del primer amor: la divina Dolly.

En Papá salió en viaje de negocios de 1984, el autor retrocede aún mas, a los tiempos donde el Stalinismo de la Unión Soviética y sus seguidores, eran duramente confrontados y acosados en la Yugoslavia del mariscal Tito.

Desde la mirada inocente de un niño, se construye una historia humanista sobre el mundo de los adultos ( como el papá se "come "a la cuñada y todo lo que tenga falda), de sus costumbres y de la realidad social. El film además cuenta como el padre -con ideología stalilnista- del niño, sufre en carne propia ese hostigamiento, hasta el punto de convertirse en preso político. De ahí radica el sugestivo título de la obra.

En 1989 Kusturica nos ofrece Tiempos de Gitano. Tal como lo indica el título del film, la trama está desarrollada y referida al trasfondo del pueblo gitano. Es una buena mezcla que comprende la realidad con sutiles toques de fantasía, ensalzado con ribetes poéticos y situaciones grotescas. Situaciones tan disparatadas como la reflejada en la escena en que el hermano mayor del protagonista amenaza a la vieja ("Porque sino...") para que le de plata y pueda pagar sus deudas. La vieja está más pelada que él. Al nabo, entonces, no se le ocurre mejor idea que, en medio de una terrible tormenta, atar el techo de la casa a una motoneta y levantarla hasta dejar a todos los que estaban -¡¿adentro?!- sin nada!!.

El Emir incursiónó por los "unaited estaits" -su primer largometraje en ingles- con Sueños de Arizona; el film no colmó las expectativas del cineasta y decidió volver a sus pagos. A pesar de poseer toda una infraestructura al alcance de la mano, de tener los medios, la motivación no la encontró. Su pasión, el espíritu Kusturica, estaba en la conflictiva Yugoslavia, Y ahí volvería para realizar lo que hasta hoy es una de sus más grandes realizaciones: Underground de 1994...


Underground significó un caballete importante en la carrera del realizador bosnio. La película es una recreación de época de cincuenta años de historia de la convulsionada Yugoslavia. Desde la ocupación nazi hasta la guerra civil que la dividió.

Delirante e irónica. Por momentos brota la fantasía, bordada por sutiles pinceladas de poesía; en otras, el crudo golpe de la realidad nos lleva a la reflexión.

La historia transcurre de la mano de sus dos protagonistas, en tanto están juntos son la versión balcánica de Asterix y Obelix. Cuando un amor en común los separa, se tornan más amargos que el primer mate. Kusturica logra metafóricamente en esa relación simbolizar la cruenta guerra que partió a la región. En el final, cuando los dos amigos - ya muertos- se encuentran en una celebración (alusión al más allá), uno le dice al otro si lo perdona por los engaños y traiciones del pasado, y el otro, le responde -"puedo perdonar pero no olvidar". Esa frase sintetiza el horror de esta lucha fratricida y los personales sentimientos de Kusturica.

Alejandro Rivas
Ciencias de la Comunicación Universidad de la República