Cultura
Errores humanos - 08/05/2003
En 1964, José Revueltas terminó de escribir un título más para su obra literaria: Los errores. Como dice en la misma reseña del libro: la historia tiene el rostro de cada uno de los inolvidables personajes.
Maneja la redacción con una asombrosa habilidad, pues capítulo a capítulo va entrelazando los pensamientos y sentimientos de cada personajes, con lo que van viviendo realmente. No lo hace de una forma continua y predecible, al contrario, menciona acontecimientos de los que dará explicación mucho más adelante, acorde con la perspectiva de otro de los actores.
Ésta obra, no únicamente relata la ya mencionada parte interna, sino que intercala diferentes situaciones que suelen suceder a lo largo de la vida del hombre. Por un intento de robo, se termina en un homicidio y la traición de los autores del mismo. Gente enmascarada, disfraces atroces que suelen involucrar a las personas equivocadas en situaciones delictuosas.
Algo en común que tienen la mayoría de los que intervienen en la trama del texto, es que todos tienen algo que temer: por su propia vida, por su familia, por sus situaciones comprometedoras... planes maquiavélicos, que terminan en el mismo sentimiento de culpa de cada persona.
La obra refleja, a grandes rasgos, parte de los acontecimientos que han rodeado al hombre desde su existencia sobre la faz de la tierra, donde el mismo humano ha sido víctima de sus propios errores. Los intentos desesperados por querer lograr objetivos, desde un lado aparentemente sencillo, traen consigo la autodestrucción de la especie humana.
Todo lo que ocurre, tiene un mismo origen, que es siempre la disputa por el poder. El hombre es el único ser que es capaz de matar y hasta traicionar sus propios ideales, únicamente por ser “alguien”, un alguien precisamente superior a los demás, que le haga sentir que ya no vive en su miserable circunstancia, que le haga olvidar el pasado.
Tal es el caso de Mario Cobián, personaje con el cual comienza a narrarse la historia. Luego de sus planes, junto con Elena, para asaltar al prestamista de una forma prácticamente perfecta, termina asesinando a la principal razón por la que planificó lo que ocurriera. Lucrecia, la mujer que más había amado en la vida, la que sustituyó perfectamente a la figura de su madre, que el mismo Mario asesinó; había sido la causa de su desesperación. Intentaba salir de su situación de pobre, para llevársela después muy lejos de todo lo que habían vivido. Sin embargo, al primer momento en que se siente perseguido, va a buscar a Luque, y le quita la vida, aunque le ocasione tanto pesar, es lo que puede considerar más indicado, para que sus planes de robo resulten completamente perfectos. El enano, terminó por quitar el carácter de “secreto” del delito que habían cometido, todo por su imperiosa necesidad de gritar a los cuatro vientos que ahora tenía el poder... pues ahora tenía dinero. La vida del prestamista... salió sobrando, pues finalmente alguien más lo mataría esa misma noche. Pero Mario, se siente descubierto una vez más, y ahora se olvida de su cómplice, arrojándolo al agua dentro de su maleta, y abandona a la intemperie (frente a los que él cree que son policías), el baúl con todo el dinero, tomando únicamente lo que le será necesario para sobrevivir... pero ésta vez ya no tiene a Lucrecia, y ha cometido más de un crimen, donde sólo ocurriría un solo delito: un robo.
El resto de los actores, se relacionan unos con otros por medio de algo que se asemeja a una telaraña. Cada uno con sus propios conflictos personales, alucinando y haciendo cada vez mas conjeturas y reflexiones acerca de la especie humana y la situación que le ha rodeado desde sus orígenes.
Todo gira en torno al poder, desde los diferentes estratos, y cada quien queriendo conseguir diferentes objetivos. El partido, caracterizado por seguir una línea anti-comunista, tiene a miembros militantes de la misma corriente, que tratan de arruinar los planes y generar huelgas y más conflictos.
Es donde surge la contradicción de defender a lo humano o terminar con ello, pues por más que consideran defender al hombre como especie, asesinan a todo el que se interpone entre ellos y sus objetivos.
Los errores humanos, como bien dicen, se pagan; muchas veces con la vida. Y es que a pesar de estar metidos en lo que intente rescatar la parte más humana y natural del hombre, el poder y su búsqueda terminan viciando aquellos “buenos” intereses y limpios objetivos.
Todo empieza con un trozo de vida, y termina con un sinnúmero de muertes.
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Bibliografía:
REVUELTAS, José. “Los Errores”
Ediciones Era.
Sexta reimpresión, 1998.
Edith de la Rosa
Estudiante del octavo semestre de la Escuela de Ciencias de la Comunicación, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
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