Arte Visual
El Buelo Cheno y Otras Historias - 31/07/2003
EL ABUELO CHENO, Y OTRAS HISTORIAS
Vine a Comala porque me dijeron que
Acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.
Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría
a verlo en cuanto ella muriera.
Le apreté sus manos en señal de que lo haría;
Pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo.
“No dejes de ir a visitarlo. Se llama de este modo
y de este otro. Estoy segura que le dará gusto conocerte”
JUAN RULFO
PEDRO PÁRAMO.
GRACIELA GÓMEZ GONZÁLEZ
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ
Tal vez aquella figura imponente de Pedro Páramo, en la novela del mismo nombre, a la cual se refiere Juan Rulfo, sea la representación de Nepomuceno Pérez Rulfo, padre del autor quien a su vez dio la inspiración a Juan Carlos Rulfo para realizar el documental titulado “El abuelo Cheno y otras historias”
En esta ocasión es el hijo de Juan Rulfo, que guiado por la promesa que hiciera Juan Preciado a su madre, regresa al lugar de origen en busca que aquella parte de su vida que siempre estuvo ausente. Juan Carlos Rulfo, joven cineasta mexicano retoma la historia fascinante de un asesinato irresuelto para llevarnos de regreso a Jalisco en busca de su abuelo, quien tanto para él como para sus hermanos siempre fue un misterio.
De vuelta a un pueblo que parece habitado por fantasmas que aguardan ahí apaciblemente, esperando el momento en que alguien venga a revivir sus recuerdos, mismos que permanecen dormidos y que al mismo tiempo son lo único que los tiene con vida. Llama la atención la frase “todos vivimos de recuerdos, ¿verdad? Todos vivimos de recuerdos. Y recordar…es vivir. Para mí es una tranquilidad recordar…”Esas son las palabras del guía de Juan Carlos, que dan cuenta de que el día que deje de recordar, ese día ya estará muerto es por eso que para él es una tranquilidad seguir recordando y viviendo.
El la muerte misteriosa del abuelo nos lleva a un viaje por un pueblo desolado en el que aquellos que lo conocieron nos dirán quien pudo haber sido aquel que a sangre fría terminó con la vida del patrón. Quien a pesar de lo bueno o rico que fuera no pasó desapercibido ante los ojos de la muerte que lo mismo se lleva a ricos que a pobres.
Paralela a la historia de Nepomuceno corría la historia de nuestro país, que vio derramar la sangre de muchos que en nombre de la iglesia y con la promesa de vida eterna fueron a la lucha. Este periodo que se conoció como Rebelión cristera, surge como consecuencia del conflicto entre el Estado y la Iglesia.(1) En palabras de los que dan su testimonio a Juan Carlos se escucha la promesa de que “Todo el que peliè por Cristo rey ¡Derechito al cielo se va!” y es que la fe y las palabras para los que tenían y tienen hambre de justicia son suficientes para despertar el deseo de lucha, que ahora para ellos fieles testigos de lo ocurrido, no significa más que muerte.
Una tierra que estuvo llena de vida ahora es un espacio árido, un campo santo que quizás al absorber la sangre de quienes ahí fallecieron, fue muriendo también poco a poco, la tierra se fue secando así como todo lo que se alimentaba de ella. Esto en imagen se proyecta a través de las disolvencias que se logran; mientras se escuchan las voces llenas de vida de un grupo de niños, la cámara recorre las ruinas de la iglesia, aparece un anciano para luego dar paso a una vaca que se encuentra seca en la tierra. De alguna manera muestra el final inevitable de todos los seres que habitan sobre la tierra, luego del esplendor viene la decadencia y al final la muerte.
La palabra y la memoria, ayudan a Juan Carlos Rulfo a conocer, esa parte de su vida que le fue negada, conocer a su abuelo que siempre fue un fantasma para él. Nuevamente, tal y como sucede en el libro de Pedro Páramo, en el Abuelo Cheno y otras historias, se recupera la tradición oral proveniente de los antiguos pobladores del mundo, que a través de las palabras recuperaban su historia. El montaje realizado por Juan Carlos Rulfo para contar la muerte de su abuelo de manera simultánea por algunos de los habitantes del lugar da cuenta de las posibilidades expresivas del video, personas en lugares diferentes narran la misma historia mientras se logra encontrar la armonía entre los testimonios.
La voz de los pocos pobladores de Apulco, en particular de Jesús Ramírez, El Motilón; guían al autor de este documental por los caminos desconocidos de un pueblo que se niega a morir, el deseo de los habitantes de ser recordados e incluso seguir recordando, no les permite quedar en el olvido, viven para dar a conocer la historia de Juan Nepomuceno Pérez Rulfo, que es su propia historia. Unos habitantes y un pueblo que como victimas de un hechizo, luego de la muerte de Cheno, vieron las cosas a su alrededor quedarse estáticas “Y todos recuerdan sólo eso, por que no hay más que recordar. Si acaso su muerte”
BIBLIOGRAFÍA.
Delgado de Cantù Maria; Historia de México, formación del estado moderno, México 1987.
(1)La Cristiada fue un movimiento estrictamente popular y apolítico en el sentido de que, aunque se dirigiera en contra del gobierno, no pretendía desestabilizarlo y mucho menos destruirlo. Su único propósito, por el que se involucraron en una guerra cruenta miles de personas, en su mayoría de la clase trabajadora, era la religión que consideraban atacada por los miembros del gobierno revolucionario. La guerra cristera estalló en enero de 1927 y tuvo la peculiar característica de ser esencialmente religiosa.
Graciela Gómez González
Graciela Gomez Gonzalez
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