Sociedad
Yuyanapaq. Para Recordar - 02/09/2003
Yuyanapaq. Para Recordar
Cuando me dijeron que tenía que ir a ver la exposición de fotos de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, me pareció algo aburrido que iba a tener que hacer con mucha pesadez, para mi clase de fundamentos de la comunicación, pero me equivoqué.
Para empezar casi ni sabía de lo que se trataba la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Al llegar a la exposición ya noté que trataba de los atentados que había sufrido el país cuando yo era niña y que casi ni recordaba.
Al empezar el recorrido de las salas, algo me llamó la atención; era la primera vez que estaba en un lugar, se podría decir cerrado, con cierta cantidad de gente; y sin embargo no había bulla, quizás algún murmullo pero nada más. La gente hacía su recorrido en silencio.
En la primera sala todavía no le había tomado mucho interés, además la casa me daba cierta sensación como de desolación, era algo deprimente, solo quería terminar para retirarme de ahí. Pero conforme fui avanzando mi interés también lo hizo, miraba las primeras salas con cierto asombro, luego pasé a ver una pared que tenía un recorrido cronológico de todo lo que habí pasaso en esos 20 años. Me sorprendió darme cuenta de la cantidad de gente que había muerto el año en que yo había nacido, y en los que le siguieron; y yo por supuesto ni enterada.
Seguí avanzando por las salas y mientras, me decía a mi misma: que buen trabajo deben haber hecho mis padres para mantenerme al margen de todo esto. Pues yo ni enterada de los periodistas que habían muerto en manos de los campesinos por culpa de la ignorancia. Me imagino que debe haber sido un momento de emergencia pues dar armas sin antes educar fue un gravísimo error, que aparte de muchas otras personas, estos periodistas tuvieron que pagar. Las fotosa sobre este incidente eran muy confusas pero pude imaginar el desconcierto, temor y angustia que esos pobres hombres debieron haber sentido en ese momento. Claro que la forma en que murieron no fue nada a comparación de la de otras personas.
En esta exposición había fotos que no solamente hablaban sino que transmitían dolor, el dolor de los deudos de tantas muertes injustas, de los parientes de los desaparecidos, y de tantos niños que no tuvieron niñez sino violencia.
Así pasé, muchas salas sintiendo el rencor, la lástima y el dolor de muchas personas que no conozco ni conoceré nunca.
Hata que llegué a la sala número 22, Marí Elena Moyano, no sé si será porque así como soy hija también soy madre, que sentí mucha ternura por una foto en la que salía ella con uno de sus hijos en brazos. La verdad creo que esa fue una de las salas que más sentimientos me transmitió, aparte de la sala 10 de Las Viudas. La verdad es que esa señora fue, no sé como expresarlo, no hay palabras, valiente no significa nada a comparación de lo que ella fue. Fue una líder para el bien sin ningún interés mas que el bienestra de ella y de su gente, ¿de cuántas personas se puede decir esto?
Sentí también mucha lástima por sus hijos, ningún niño debe pasar por la horrible experiencia de ver como matan a su madrey, mucho menos de ver como dimanitan su cuerpo.
En fin, seguí con mi recorrido, seguí viendo muertes, hasta llegar a Tarata y Chavín de Huantar, historias que por lo menos si recordaba haber oído nombrar. La verdad es que estoy casi segura de que esos es lo que más recuerdan como lo peor la mayoría de limeños sin embargo no lo fue, pues lo peor no pasó en Lima sino en el interior del país.
Terminé mi recorrido en la sala de los testimonios que parecían pesadillas cosas que yo ni imaginaba que pasaban en esta época, gente que no sabía si sus familiares estaban vivos, peor aun, gente que ni sabía como habían muerto sus seres queridos. A mí me impactaron mucho dos testimonios, uno el de una chica que su mamá había sido arrastrada fuera de su casa por un hombre vestido de civil pero que la subió a un auto oficial; ella estuvo yendo todos los días a preguntar por su madre, y un señor del cual se hizo amiga le decía que estaba bien hasta un día que le dijo que había hecho demasiado escándalo y que por eso l habían matado. La pobre chica tuvo que ir a buscar el cuerpo entre varios cadáveres pero no lo encontró, hasta que le dijeron que dentro de donde había estado había un horno y que probablemente había sido quemada viva ahí para no dejar rastro.
El otro testimonio que me impactó fue el de una señora que contaba como los mismos ronderos se habían llevado a su hermana y a sus 5 hijas, y las habían matado, hasta a una bebita de 5 meses. Sus cuerpos fueron encontrados por sus perros.
La verdad es que después de esta visita, lo único que me queda por decir es que mi fe en la humanidad ha decaído un poco más, me parecen actos denigrantes, de mucha violencia que deben ser castigados. Yo creo que reconciliación es perdonar, olvidar y empezar de nuevo; recordar sin dolor. En lo personal, gracias a Dios, mi familia no fue afectada directamente por estos hechos, sin embargo me parece que una reconciliación va a ser muy difícil.. Yo creo que los familiares quizás con el tiempo puedan olvidar pero dudo mucho que puedan perdonar.
María Alejandra Pinto Rivera
Facultad de Comunicación
Universidad de Lima
Perú
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