Sociedad
EL MUNDO INTERIOR DE LOS NIÑOS AUTISTAS - 11/11/2003
DE ESPALDAS A LA REALIDAD
EL MUNDO INTERIOR DE LOS NIÑOS AUTISTAS
El autismo no es una enfermedad, es un síndrome, es decir, un desorden del desarrollo de las funciones del cerebro. Las causas aún no han podido ser determinadas. Una hipótesis es la falta o el exceso de un elemento bioquímico del cerebro, pero aún no se sabe a ciencia cierta cual es la razón de que un infante de cada 250 nazca con autismo
Los infantes con síndrome de autismo poseen los siguientes síntomas: interacción social limitada, problemas con la comunicación verbal y no verbal, falta de imaginación, y poco interés por alguna actividad. Existen cuatro niveles: leve, moderado, severo y profundo. Cada caso es diferente y posee su propio patrón de conducta y evolución.
Los niños autistas tienen la particularidad, según el Dr. Henry Konloy, director del colegio especial Albert Einstein y de la ong Manos Limpias, es de no mostrar interés por el mundo que los rodea: “ellos se apartan por propia voluntad del exterior, les hablas y es como si no te oyeran, casi nunca te miran a los ojos y es porque no les motiva comunicarse”. Muestran conductas estereotipadas cómo mover los dedos constantemente o balancearse cuando están sentados. Además poseen un razonamiento concreto más no abstracto.
El niño autista se detecta a los dos a tres años, ese es el promedio. Según el Dr. Konloy se puede diagnosticar antes siempre y cuando los padres tuvieran algún conocimiento de que cosa es el autismo. Al niño lo llevan al pediatra por los síntomas que presenta: no habla, problemas con el lenguaje, no presenta conductas que son propias de su edad, como que no le gusta jugar con otros niños, que se aíslan, generalmente comienzan con el problema del lenguaje. Antes de presentarse los síntomas sí se puede diagnosticar, pero los padres por desconocimiento del tema no lo hacen.
En su propio mundo
El Dr. Konloy tiene ha su cargo niños pueden resolver operaciones entre 3 o 4 dígitos con la misma rapidez de una calculadora y con un margen de error del 0%. El problema acontece cuando se le plantea al niño realizar una operación de un mínimo grado de dificultad pero de manera abstracta. El niño no responde.
El talento, que no está presente en todos los casos, es así de “extraordinario”, según el Dr. Konloy: “hay una niña en el colegio que tiene la habilidad de saber qué día de cualquier año cayó en determinada fecha, y nunca se equivoca. Hay niños que tiene el talento de tocar un instrumento sin que nadie les haya enseñado, o de pintar y crear historietas sin recurrir a ningún método pedagógico. Pero el talento que desarrollan abarca una sola área y puede perderse si es que no se ejercita”.
A los niños autistas no se les puede sacar de su rutina, un ejemplo fue un niño, según nos continúa contando el Dr. Konloy, que no podía dormir en un campamento hasta las 3:00am, y era porque su mama le había enseñado que siempre hay que rezar el padre nuestro antes de dormir. Se le rezó la oración y recién el niño se durmió. Hay otro caso particular en el colegio Albert Einstein: un niño se le ha enseñado que antes de comer la lonchera hay que rezar, teniendo el alimento enfrente y teniendo hambre no lo come.
Fobias
Los niños con síndrome de autismo presentan diversas fobias, en cada caso es distinto, una de ellas es la bulla, otra es a las reuniones sociales, en ellas se aíslan, se desesperan. Una fobia bastante regular es su apego al orden, todo en su entorno tiene que estar en su debido lugar. Este orden es la base de su rutina. El autista está condicionado a un ritmo de vida del cual no puede salir. Cada caso es diferente, cada uno tiene su propio patrón. También presentan apego a cosas irrelevantes para un niño de su edad. No es un juguete, son cosas que no tiene ningún valor recreativo. Otra característica es que no pueden ver un programa completo en la televisión porque no les gusta la monotonía pues rompe con sus esquemas, se aburren, pero si prefieren los comerciales porque son más cortos.
Una de las características físicas externas que se ha podido observar es que estos niños autistas tienen unos rasgos faciales muy finos, son bonitos, pero mientras van creciendo estos rasgos se empiezan a distorsionar, perdiendo su belleza física.
La rutina que establecen ellos la mantiene a lo largo de toda su vida, al menos la gran parte de sus patrones nunca se alteran.
En el nivel denominado “leve” de autismo los niños pueden integrarse a escuelas regulares, y posteriormente, participar activamente dentro de la sociedad, pero van a mostrar un retraimiento en el área de las relaciones sociales. Siempre va a haber algo que los haga diferentes a los demás, ya sean ademanes estereotipados o algunas conductas inadecuadas.
Ruben Barcelli
Facultad de Comunicación Universidad de Lima - Perú
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