Música
Es mejor arder que desvanecerse - 02/10/2002
Influencia, su nuevo disco es sólo un pretexto para tratar un tema más que apasionante: Charly García.
"Vida privada me suena a privación de vida. Me encanta mi vida pública.
¿La intimidad? Cuando estoy cagando en el baño" CHARLY GARCÍA. Enero, 1997. En su hogar
En la época de la guerra de las Malvinas en Argentina con todo el asunto de que los Beatles estaban vetados, no se podía tocar música en ingles ni ninguna canción debería de tocar temas referentes a los conflictos bélicos, todos habían aprendido a leer entre líneas, porque Charly hablaba en voz alta pero a media luz para no terminar en el fondo de una fosa común como muchos de sus conocidos. Tocaba para el público, ahora lo hace para él mismo, ésa es la diferencia fundamental entre el Charly de masas de mediados de los ochenta y el segmentado, egocéntrico músico de la actualidad.
Hoy Charly compone para Charly, son pocos los que pueden seguirle el paso. Digamos que aún no se sobrepone de su fase de "Demasiado ego". Influencia es el primer paso para la reconciliación con la gente, con aquella relación de amor-odio que mantiene con los fanáticos y con los críticos ( con los segundos la relación sólo es de odio) .
Argentina es un país que venera de sobremanera a sus artistas, pero también los ve desangrarse en plaza pública, es un entretenimiento más para el pueblo (ejemplo de esto sólo vasta el más publicitado llámese Maradona), pero los veneran hasta crearles una muerte interna bastante visceral. La fama los provee de una corte de adulación alrededor de la que es difícil escapar. La veneración hacia Charly lo ha aislado demasiado, pero él no se deja, anda corriendo por ahí, buscando experiencias surrealistas que lo alejen de la cotidianidad.
Tiene un talento que lo ha dejado sólo, ha llegado a un punto tal de genialidad que es difícil seguirle el ritmo, la actual época de García en el aspecto musical sólo la pueden entender Lennon o Morrison, lastima que ambos estén muertos. Pero no siempre fue así, fue niño alguna vez, el problema radica en que no se sabe si alguna vez no fue músico, al parecer siempre lo fue.
El niño Carlos Albero García Moreno compro, con dinero de sus padres, una familia de clase media alta de cuya estructura de pensamientos luego se rebelaría, un disco de The Beatles, a partir de ese momento el mundo perdió a un concertista de piano clásico, futuro para lo que lo preparaban sus padres y sus maestros que lo consideraban como un niño prodigio, para ganar a un gran músico de vanguardia. Lo suyo era el desafío a la ortodoxia. Los Beatles irrumpían, una vez más, en el curso natural de los sucesos. Charly se alejó de Mozart para acercarse a Lennon.
Aunque no todo es música. Fabiana Cantilo nos lo recuerda: "Es un tipo romántico, muestra de frente sus sentimientos, su debilidad, su necesidad de amor. Es más: lo reclama, cual niño. Se pone así cuando le decís que no, cuando decís sí huye. Tiene una memoria admirable. Se acuerda de todo; a pesar de que ha tenido ochocientas novias vive cada romance como un enamoramiento, aunque dure dos días".
Fito Páez afirma que el rock argentino es el más original del mundo. Charly es la expresión máxima del rock argentino junto a Spinetta. Es el mejor músico de la historia del rock latinoamericano. Algunos lo dudan, tal vez por su conducta fuera de los escenarios, y por su modus operandi que es por demás inusual y extremista. Es un incomprendido, y lo sabe, él está al tanto de lo que pasa a su alrededor, y nos lo da a entender: "No pienses que estoy loco es sólo una manera de actuar / no pienses que estoy sólo estoy comunicado con todo lo demás". Con este extracto de la canción llamada De mí Charly se desnuda transmitiéndole a la gente que no es un marginal, es pieza interesada en la sociedad. Demuestra una profunda fragilidad que no puede ocultar. Es muy débil porque su genialidad no le da fortaleza, según cuentan sus amigos más cercanos.
Lucha contra su timidez y contra su ternura. ¿Es Charly García, el ídolo, más importante que su propia obra?. Según muchos argentinos no, país en donde su música se toca indistintamente en todo barrio de la capital, y del interior, para ellos la música de Charly García se ha convertido en patrimonio público. Acaba esta insuficiente nota con las propias palabras del ídolo, él sabe hacerlo mejor que cualquiera: "Pasan los músicos, quedan los artistas".
Ruben Barcelli
Facultad de Comunicación Universidad de Lima - Perú
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